Cuando hablamos de restos gestacionales retenidos, nos referimos a la existencia de restos placentarios, deciduales o fetales que quedan dentro del útero tras haber padecido un aborto, una interrupción del embarazo, parto o cesárea. Se estima que la aparición de este tejido retenido se produce en alrededor de un 1% de los partos a término y probablemente tengan una incidencia mayor en los partos pretérmino y en los abortos.
Entre los síntomas clínicos de presentación de los restos retenidos hay que destacar el sangrado genital. No existen parámetros clínicos establecidos para diferenciar el sangrado considerado normal tras un parto o aborto del sangrado que existe en casos de material retenido, aunque si es importante destacar que la existencia de un sangrado más abundante de cantidad o de más días de duración de lo habitual (generalmente de más de dos semanas de duración tras un aborto) debe hacernos sospechar en la existencia de tejido retenido en cavidad.
El diagnostico suele establecerse en base a la sospecha clínica e historia clínica, siendo la ecografía la prueba de imagen habitualmente utilizada de primera línea. Los hallazgos ecográficos como la existencia de una masa ecogénica intrauterina, generalmente hipervascularizada y con señal doppler de baja resistencia, la existencia de engrosamiento endometrial, generalmente mayor de 10 mm y la existencia de una interfase irregular endometrio-miometrial, deben hacernos sospechar la existencia de esta patología.
La histeroscopia nos permite la visualización directa del tejido retenido intrauterino así como la localización del mismo. Si no existe un sangrado abundante, puede ser realizada en consulta y nos permite la toma de biopsia
El legrado uterino bien con legras fenestradas o bien por aspiración constituye la opción más frecuentemente utilizada para la evacuación de estos restos. Los problemas de la utilización del legrado uterino para la evacuación de los pólipos placentarios incluyen
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Perforación Uterina con posible afectación de estructuras intraabdominales y que generalmente precisa de la realización de una laparoscopia para evaluar las posibles lesiones producidas. Se estima que esta complicación se produce en aproximadamente un 3% de los legrados puerperales.
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Desarrollo de adherencias intrauterinas, en más del 90% de los casos, las adherencias intrauterinas están causadas por legrados uterinos bien durante el postparto o bien por abortos. Los legrados realizados en estos periodos pueden lesionar la capa basal del endometrio, lo que permite que zonas del miometrio contacten entre si, formando la adherencia
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Evacuación incompleta con persistencia de restos, lo que conduce a la paciente a la misma situación anterior precisando nuevamente de una solución.
Debido a que la persistencia de restos suele ser focal, la extracción de los mismos bajo visión directa y de manera dirigida mediante la histeroscopia, nos parece la alternativa más segura y efectiva, superando a la extracción “a ciegas” de los restos, al disminuir la posibilidad de aparición de las complicaciones relacionadas con la realización del legrado uterino.