La necesidad de establecer tratamiento quirúrgico en pacientes con útero septo depende más de la historia obstétrica que de la existencia del septo en sí, siendo la principal indicación la existencia de fallos reproductivos. Aun existe controversia sobre cuando realizar una metroplastia, así mientras unos recomiendan la metroplastia solo en casos de malos antecedentes obstétricos, otros recomiendan la metroplastia profiláctica en determinados casos.
Es un hecho aceptado que la principal indicación para la metroplastia es la existencia de abortos de repetición, y que esta mejora significativamente los resultados reproductivos en pacientes con septo uterino. La situación sigue siendo controvertida en mujeres con un solo aborto y se suele recomendar un manejo conservador.
Con respecto a pacientes con infertilidad primaria, el papel de la metroplastia está en debate, y se deben descartar otras causas concomitantes. El estudio prospectivo de Mollo halló mayores posibilidades de gestar tras la corrección del septo al compararlo con mujeres con infertilidad de origen desconocido. El papel de la metroplastia en pacientes que se van a someter a una técnica de reproducción asistida es tema de debate. En un estudio prospectivo randomizado sobre el papel de la metroplastia histeroscópica en pacientes con fallos previos de IVF, De Angelis demostró los efectos beneficiosos de la metroplastia antes de un nuevo ciclo en términos de tasas de embarazo y en la incidencia de aborto espontáneo, concluyendo que la metroplastia debería ser recomendable antes de un ciclo de FIV para mejorar las tasas de embarazo y para reducir la incidencia de aborto espontáneo.
En 1974, Edstrom describió por primera vez la resección de un septo guiado por histeroscopia. Este primer abordaje endoscópico fue el punto de partida de la metroplastia actual. Hoy en día, el abordaje histeroscópico ha sustituido a las técnicas por vía abdominal.
La metroplastia histeroscópica es, de hecho, una incisión transversal del septo en lugar de una resección. Esta incisión debe ser realizada en la línea media, equidistante de las paredes uterinas anterior y posterior. Los ostium tubáricos son útiles para mantener el plano correcto, evitando la lesión del miometrio normal. La determinación de la línea correcta de incisión es una de las partes más importantes de la metroplastia, pero esta línea imaginaria no siempre es fácil de determinar. Levent Yasar y Ali Süha describieron el “signo de Süha-Levent”: tras la inyección de azul de metileno, observaron la aparición de una línea azul de 2-3mm sobre el septo, entre los ostium tubáricos y equidistante de las paredes anterior y posterior. Esta línea azul les ayudó a identificar el plano correcto de incisión.
Se han descrito dos técnicas distintas para el septo: la técnica del “adelgazamiento” y la técnica del “acortamiento”. En la técnica del adelgazamiento, se realizan incisiones longitudinales a ambos lados del septo desde la base hasta el vértice del septo. El objetivo es reducir la anchura del septo transformando el septo inicial en un remanente fúndico de tejido que pueda ser incidido en sentido transversal desde un receso cornual hasta el otro. En la técnica del acortamiento, el septo se incide transversalmente, empezando por el vértice hacia el fondo. La incisión en la línea media del septo retrae el tejido residual hacia las paredes anterior y posterior. La selección de una técnica u otra depende de la anchura y longitud del septo. Como recomendación general, para los septos anchos es mejor utilizar la técnica del adelgazamiento mientras que para septos delgados, la técnica del acortamiento es más apropiada.
Dr. Luis Alonso